martes, 3 de mayo de 2011

Cocó antes de Chanel : Lo que pudo ser... y no fue

(Publicado el 23/11/09 en http://www.circuitograncine.net/bloggc/?p=974

LO QUE PUDO SER… Y NO FUE

Justifico mi juicio negativo. Frustración con el personaje: en Francia en particular y en casi todo el mundo en general, Chanel es sinónimo de elegancia, charm, moda, innovación… y Cocó. La película se refiere sólo a un período de la vida de Cocó, desde los 12 a los ¿35? Años, aproximadamente y, elipsis de 15 o 20 años mediante, un final breve de Cocó triunfante y consagrada. Quedan afuera su nacimiento, entorno familiar y niñez, así como los años de verdadera gloria de Chanel y posterior decadencia de Cocó. Quien no estuviera advertido de esa limitación temporal seguramente se frustró en el cine porque no vio lo que esperaba.

Expectativas por el género y la calidad del filme: aceptando con o sin conocimiento previo del recorte vital de la biografiada, aún la película podía ser de calidad por la forma en que se haría la narración, la profundidad de los personajes, la selección de los hechos narrados, la coherencia y verosimilitud de las motivaciones y acciones de los personajes históricos y de ficción. Lamentablemente el relato es plano, aburrido, insulso, insustancial. No se construye una psicología coherente de Cocó, limitándose el filme a presentar algunas secuencias que muy superficialmente tratan de explicar la formación del carácter, la forma de ser en cada etapa, y la secuencia lógica preparatoria de lo que después sería Cocó en pleno cenit. El personaje de Cocó y su actriz se mueven casi mecánicamente, sin conexión con hechos y sentimientos. Audrey Tautou sólo se le ve viva, imbuida en el personaje y situación, gozosa en los pocos momentos de alegría y amor con Arthur Capel. El personaje de Boy Capel es patéticamente desfigurado aplanándolo hasta la caricatura de un buen mozo estúpido. (Lástima, porque en la realidad Capel fue una persona interesante por las contradicciones de su vida que pretendía riqueza y buen vivir, ocultando su origen judío y sometiéndose a un matrimonio de conveniencia). La relación de este fino caballero con Cocó no se explica en la película, no se muestran los vínculos que los unieron, por lo que acciones y sentimientos lucen artificiales. El personaje de Etienne Balsan afortunadamente está mucho mejor perfilado y representado por el actor Benoit Poelvoorde. Yo diría que entre bastante y muy bien desarrollados personaje y actuación.

Si no se da información relevante en forma apropiada sobre Cocó; si no se construye su perfil interno de manera rica, profunda y consistente; si solo uno de sus amantes principales es provisto de coherencia y buena actuación, y si la historia no está bien contada… tenemos un bodrio.

Estructura clásica, idea central: el relato es perfectamente lineal, secuencial, plano. No se narra la historia con el planteamiento de conflictos, luchas para resolverlos y final feliz o trágico, que es la estructura clásica de una historia bien contada. Tampoco hay lo que debió haber: una idea central, un propósito, un mensaje de la película. No hay un planteamiento histórico, psicológico, moralista. Nada.

Otros elementos: a) Edición: Brusca, agresiva, desprolija en demasiadas veces como para obviarlo. b) Columna sonora: Los ruidos de ambiente (cabaret, playa, caballos, campo, etc.), son tan nítidos y perfectos que sorprenden al espectador y lo hacen darse cuenta que el ambiente sonoro no es natural sino de estudio. Lo perfecto es imperfecto; lo imperfecto es perfecto. Y la música propiamente cae en la perversión de tratar de inducir estados emocionales en el espectador que no están expresados correctamente por las imágenes, las acciones, los diálogos. La música resulta falsa, deviene en truco barato. c) Vestuario: De calidad, denota esfuerzo, pero convencional. Nada nuevo. d) Maquillaje: En algunos planos, inconveniente e injustificadamente recargado. e) Fotografía: Hermosa, sensible, de calidad.

Elementos fuera de pantalla: El modus vivendi de la clase alta francesa de los años filmados despierta gran interés por el origen que tiene, por lo poco sustentable que sería en breve, y lo increíblemente sorprendente de los roles femenino y masculino en esa época y sociedad. Cocó en ese contexto fue una verdadera revolucionaria porque impulsó cambios en el vestir cuyo correlato psicológico, de roles y de conductas implicaban realmente cambios relevantes. De nuevo, la Directora Anne Fontaine desperdició esa riquísima veta de desarrollo.

Conclusión: Anne Fontaine y Warner Francia pensaron en un producto comercial montado en la fama de Cocó. Hicieron una película estéticamente hermosa y recargada, pero sin sustancia, alma, nervio. Es de preguntarse por qué o para qué Fontaine cortó la película antes que Cocó fuera la extraordinaria Cocó Chanel. Por qué no entró en la tumultuosa vida sentimental y sexual de Cocó. Por qué se detuvo antes de narrar las complejas tramas de sexo y espionaje pro nazi en que se vio envuelta Cocó y que la sumergieron por una década después de la guerra. Por qué no se llegó a ese final tan dramático y patético de su vida en una suite del hotel Ritz de Paris, su residencia habitual.

Lo peor de la película, más que por lo mala o de poca calidad que es, merece mi severa crítica por lo que pudo y debió ser… y no fue.

Por estas razones califico a la película con un 3,5/10 puntos.

viernes, 18 de febrero de 2011

El Concierto

Se acaba de estrenar en Caracas la película El Concierto, con guión y dirección del realizador rumano Radu Mihaileanu (Vete y vive, 2005; El tren de la vida, 1998). De una vez la recomendación: ¡no se la pierdan! Es una exquisita comedia con elementos de drama que con certeza será disfrutada por sus tantos valores cinematográficos.

Las acciones se desarrollan entre la Rusia actual y Francia, los personajes son músicos académicos, y el filme se despliega en dos líneas narrativas: una muy cómica, desternillante a ratos, y una dramática que se va develando en capas y de a poco. Al final, ambas vertientes se juntan en unas hermosísimas secuencias con gran valor expresivo, emocional, estético, musical.

Las acciones se desarrollan entre la Rusia actual y Francia, los personajes son músicos académicos, y el filme se despliega en dos líneas narrativas: una muy cómica, desternillante a ratos, y una dramática que se va develando en capas y de a poco. Al final, ambas vertientes se juntan en unas hermosísimas secuencias con gran valor expresivo, emocional, estético, musical.

Al pensar en la clásica pregunta de cuál es la premisa o qué es lo que quiso decir el guionista/director, el observador no encuentra el centro puesto que no hay propiamente un tema, “el tema”, sino varios, y si arbitrariamente se decide que uno es el central inevitablemente desequilibra la valoración del filme. Sobrevalora un aspecto y minimiza otros. Según el punto de vista de quien valora, alguno dirá que la película se trata sobre el valor potente y maravilloso de la música; otro pensará que se trata de la opresión totalitaria del comunismo soviético; y así varios otros posibles.

Quien suscribe encontró otra clave interpretativa: este curioso cineasta ha hecho otra de las suyas creando unos personajes, unas tramas y subtramas, unos escenarios y una forma expresiva cuyo propósito es el divertimento, el placer, la alegría, la emoción. Y, a la vez, posar su mirada única sobre dramas históricos y personales.

La película mueve vigorosamente las emociones del público. Hay carcajadas, risas, asentimientos, lágrimas, aplausos, empatía dramática, apreciación estética, y pare usted de contar. Eso no lo hace quien quiere sino quien puede. Hay incorporados en ese producto final la creatividad y experticia del Director y, a la vez, el valor agregado de centenas de personas y empresas. Y cuando el observador se detiene en uno u otro aspecto particular aprecia todo lo que se fue haciendo bien y también aprecia casi que más, aquellos peligros o tentaciones de error que fueron sistemáticamente evitados.

Otro particular que es de destacar se refiere a la estructura de guión: presenta al protagonista en su situación inicial; viene el “hecho sobrevenido” que altera la normalidad y lanza al personaje y a los que luego se van incorporando en pos de un objetivo casi imposible. La trama avanza en medio de divertidísimas situaciones que en rigor, son los “impedimentos” dramáticos que van siendo superados con gran humor. A media película se insinúa primero, se esboza luego, se va mostrando sucesivamente la línea de drama a través de escenas en presente y otras en flashbacks. Al espectador se le da pie para que interprete de una manera ciertas claves, girando luego la verdad dramática hacia un sendero válido, no engañoso, y que de hecho es mucho más emotivo que lo sugerido inicialmente. Desde el principio del filme se establece además del objetivo o “necesidad dramática”, un plazo inamovible, un tiempo límite, fatal. Consecuencia para la narración y para la percepción del espectador: tensión hacia el logro, más tensión por el limitado tiempo disponible.

Curiosamente, más que arco de transformación de los personajes lo que se ha creado en el filme es el cambio de situación de ellos. Y esta rareza ocurre porque los personajes han sido dibujados acentuando su esencia humana y no su situación vital.

Otro aspecto muy destacado del filme es que lo absurdo tiene lugar en el mundo supuestamente racional de la realidad. La trama cómica avanza apenas sostenida y en puntillas sobre una delgadísima cuerda debajo de la cual está lo imposible, lo desmesurado, lo prohibido. Sin embargo, las apariencias engañan a los supuestamente racionales personajes del mundo real que se dejan llevar en parte por el impulso de los simuladores, y en no menor medida, por el autoengaño interesado de ellos, biempensantes. El espectador sabe en todo momento que puede sobrevenir la catástrofe…

Un elemento adicional a valorar son las actuaciones. Si por un momento se imaginara a los personajes haciendo sus parlamentos y acciones contra un fondo de pantalla blanco, tal vez se pudiera pensar que faltaría emoción, acento a los actores. Volviéndolos a colocar en las locaciones del filme, con sus decorados, ambiente musical y demás elementos de contexto visual, se nota que aunque parcialmente contenidas, las actuaciones son apropiadas, medidas, justas. Eso no es poca cosa en una película cómica y dramática. ¡Es tan fácil exagerar!

Tras tantos elogios, la pregunta malvada: ¿es esta una película perfecta? No, en absoluto. Un observador atento podrá notar algunas fallas. ¿Cuáles? No se exponen aquí porque son menores, técnicas y porque si se señalan, ¿qué le quedaría al crítico en ciernes que es cada uno de quienes vean y disfruten la película?